Capítulo 1
Capítulo 1
Capitulo 1
Después de someterse a la operacion de legrado, la llevaron fuera del quiréfano. Sin embargo, Cira Lopez todavia no lograba entender por completo todo lo que habia experimentado. gCuando se habia quedado embarazada? ~Y de repente sufrid un aborto accidental?
La enfermera la llev6 al pabellon y le pregunté:
—Cama 1703, paciente Cira Lopez. ¢ Tienes algun familiar contigo?
Cira simplemente fijé la mirada en el techo de color blanco palido y se sumié en sus pensamientos, sin escuchar la pregunta de la enfermera.
La enfermera repitio:
—Cira Lopez, gdonde estan tus familiares?
Otra enfermera, que estaba ajustando un suero, intervino:
—Me encargaré del registro. Cuando llegoé la ambulancia, ella me entrego sus documentos de identidad y también su tarjeta bancaria, diciendo que podemos encargarnos del registro y los pagos directamente. Parece que no tiene...
Cira siguié las palabras de la enfermera:
—No tengo familiares.
El olor a desinfectante llenaba el aire. Se acurrucé lentamente, experimentando una profunda tristeza por haber perdido a su propio bebé. Tomé una respiracion profunda y, al exhalar, las lagrimas incontrolables comenzaron a brotar de sus ojos.
Si, ya no tenia a su bebé.
La operacidn de legrado la habia debilitado mucho. Pas6 tres dias sola en el hospital.
En el cuarto dia, Morgan Vega finalmente la llamo:
—Sefiorita secretaria, después de tantos dias de ausencia injusta, gya has tenido suficiente tiempo libre? Si es asi, ven al Palacio del Oeste.
A través de la linea de la llamada, se escuchaban voces brindando y una voz dulce e inmadura de una mujer. Cira queria decirle que estaba en el hospital. Sin embargo, antes de que pudiera hablar, Morgan repitid:
—Sefiorita Cira Lopez.
Ella sabia que se estaba enfadando, asi que trag6 las palabras que ya estaban en su garganta. Rapidamente tom6 un taxi y se dirigid al exclusivo club indicado, sin siquiera tener tiempo de realizar los tramites de salida del hospital. Incluso se terminé de maauillar en el taxi.
Cuando bajé del taxi, se aplicd lapiz labial mientras caminaba hacia el interior del club. Le preguntd a un camarero que la recibid:
— Déonde esta el sefior Vega de la Nube Celeste?
El camarero levant6 la mirada y se sorprendié por la belleza de la mujer. Permanecid inmovil durante tres segundos antes de responder apresuradamente:
—Esta en el Salén A001, Ia llevaré alli.
Cira asintio ligeramente y lo siguié hacia el mencionado salén. Golped la puerta dos veces como sefial de cortesia y luego empyjé la puerta.
Apenas entré, percibié un fuerte olor a alcohol que le provocé nauseas en el estémago. Antes de poder ver claramente a todas las personas en el salon, escuché la voz fria y perezosa de un hombre:
—Nuestra sefiorita secretaria, Cira Lopez, finalmente ha llegado. Ella se encargara de beber con ustedes y luego dejaremos pasar a las chicas recién graduadas.
Uno de los clientes rio a carcajadas y dijo:
—Sefiorita Cira, eres realmente muy obediente. El sefior Vega te pidid que vinieras y aqui estas directamente. Sin embargo, parece que tu jefe no es justo. No quiere emborrachar a sus nuevas chicas, asi que te llam6 para que vinieras a beber.
Con solo una mirada, Cira entendid lo que habia sucedido aqui. Sus ojos se posaron en la chica que se sentaba a la izquierda de Morgan. Aunque Cira no la conocia, la chica sabia quién era ella. Dijo desconcertada:
—Cira, lo siento...
Antes de que pudiera terminar las palabras, Morgan la interrumpid, diciendo:All content © N/.ôvel/Dr/ama.Org.
—No necesitas disculparte. Si no fuera por su injustificada ausencia, deberias haber sido ella quien asistiera a la cena.
Todos podian percibir la injusta atencién en su tono. Pero, siendo una persona fria e indiferente, nunca habia defendido a nadie. Cira observé a la chica. Tenia alrededor de veintidés afios, el cabello recogido en una coleta. Vestia un vestido largo y en este lugar Ileno de ruido y caos, parecia un pobre conejito perdido en la guarida de lobos. Su expresion inocente podia despertar mucha compasién en la gente.
Cira apretd un poco los labios y se acercé con una sonrisa, diciendo:
—Sefior Hernandez, spor qué estas bebiendo de nuevo? Ten cuidado con la salud de tu higado...
Como secretaria principal del Grupo Nube Celeste, Cira era una persona sociable. Con unas pocas palabras, logré cambiar facilmente la situacién embarazosa. Aunque todavia necesitaba tomar algunas copas de vino tinto para aliviar el ambiente, la situacién ya era mucho mejor que antes.
Sin embargo, Morgan no habia dicho ni una palabra para defenderla.
Entre el bullicio, Cira escuché la voz viril del hombre, diciendo suavemente:
— Estas cansada? Te llevaré a casa primero.
Cira nunca habia escuchado que él hablaba en este tono suave durante estos tres afios que ella habia trabajado por él...