Capítulo 82
Capítulo 0082
Oscar acababa de salir de la guardería, y el conductor hoy llegó un poco más tarde de lo habitual. A su lado, Ramón estaba charlando con él animadamente: -¿Siempre te recoge el conductor?
-¿Y qué esperas?
Oscar estaba en ese momento sin palabras.
Ramón estaba lleno de arrogancia: -Las personas que me recogen todos los dias son todos los mayores de la familia. El bisabuelo me dijo que quería que sintiera el verdadero amor de toda la familia.
Después de decir eso, bajó la voz misteriosamente.
-¿Sabes quién viene a recogerme hoy?
-¿Quién?
Oscar no estaba realmente interesado en oírlo, pero siguió preguntándoselo, porque si no lo hacía, no se callaría nunca.
-Es la abuela Valdés.
Ramón se regodeó.
Oscar no le prestó mucha atención al respecto. Después de todo, Nadia no era su abuela biológica, ¿qué había de emocionante en eso?
Mientras reflexionaba, llegó el coche de Nadia. Del coche presidencial de alta gama, Nadia salió vestida con gran elegancia, con tacones altos, a pesar de su edad, conservaba su bello encanto, cada uno de sus movimientos irradiaba elegancia.
-Abuela.
Ramón corrió directo hacia Nadia con sus pequeñas piernas. Su tono
era dócil, pero Nadia solo lo toleraba. Si no fuera por el anciano diciendo que sus padres aún no habían regresado del extranjero, ¡ella ni siquiera habria venido a recoger al nieto de otros!
Mientras pensaba en eso, Nadia sonrió ligeramente.
-Vamos.
Cuando hablaba, su mirada se desvió directo hacia Oscar de manera inadvertida, y su expresión se suavizó al instante.
-Oscar.
Ella tenía justo otro propósito al venir aquí, y era ver a ese niño que se parecía tanto a su hijo cuando era pequeño. Nadia había investigado solo un poco. Sabía que Oscar había
regresado recientemente del extranjero y ahora vivía con la hija de la familia García. No se conocía a su padre biológico. Había visto a la hija de la familia Garcia unas cuantas veces, pero no estaban muy familiarizadas.
Cuando ella lo llamó, Oscar mostró una actitud muy dócil: -Hola,
abuela Valdés.
Al ver su comportamiento tan educado, Nadia se sintió aún más complacida. Dejando a un lado a Ramón, se acercó directamente al Oscar y se agachó frente a él: -¿Tus padres aún no han venido al recogerte?
Oscar negó con la cabeza.
-Entonces, ¿te gustaria que la abuela te llevara a casa?
Nadia quería aprovechar la oportunidad para conocer así a la señorita de la familia García.
-Gracias, pero no es necesario. No me gusta subir en el coche de extraños -le respondió muy amable Oscar.
Extraños...
Nadia se sintió bastante incómoda al escuchar eso. Realmente le gustaba ese niño y quería decirle algo más, pero cuando Oscar vio el coche que venía a recogerlo, ya se estaba alejando de ella.
Viendo eso, Nadia decidió internamente venir más seguido aquí en elNôvel/Dr(a)ma.Org - Content owner.
futuro.
Después de que Oscar se fue, ella llevó a Ramón al coche y durante el viviaje, le preguntó sobre Osca
MMientras tanto, Oscar estaba sentado muy cómodo en el coche.
-Señorita Viviana, ¿por qué viniste hoy también?
¿Qué pasa? ¿No quieres que venga a recogerte?
ViViviana extendió la mano para pellizcar su pequeña y regordetan mmejilla però efla esquivó E directamente.
-Señorita! ¿Te lavaste las manos?
ALAunque a Oscar en realidad no le
importaba que las personas om
cecercanas lo tocaran, había
heredado algo del perfeccionismo de
Laamano de Viviana se quedó suspendida en el aire.
¿Estás insinuando que estoy sucia?
-Nosolo creo que, si no te lavaste las manos y tocas mi cara,
pqrbirias aransmitirme bacterias. La piel de los niños es más delicada, esaciejejorvevitar el contacto.
Vivarana irure Oscar mientras él se o explicaba con seriedad,
sintiéndulose extremadamente
incómoda. Finalmente, retiró sum
mano corcoleraterenuencia y suspiró largamente. The content is on
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-Vieneststweveporquetumadre me pidió especialmente que te
cutdararen garaidid de infantes. No te destaques demasiado, ¿sabes?
Podrías terminar siendo objeto de investigación.