Despidiéndose de mi amor

Capítulo 71



Capítulo 0071

Oscar apartó rápido la mirada, sin darle importancia.

-Ah.

Ramón pensó que no le creía: -Vamos ahora al salón de recepción de invitados. Espera un poco y verás, definitivamente te lo

demostraré.

-Bien, vamos.

En ese momento, la zona de recepción de invitados aún estaba en preparación. Como nuera del señor, Nadia estaba supervisando cuidadosamente la escena.

-El cumpleaños del señor, todo debe estar impecable-le dijo al mayordomo mientras arreglaba un arreglo floral.

-Y si hay alguna señorita destacada, avísame.

Cinco años habían pasado, pero Natalia aún no había concebido el hijo de Julio. Ella tuvo que hacer planes adicionales.

-Si.

El mayordomo se retiró con respeto. Mientras caminaba hacia la puerta, vio a los dos pequeños.

-Niño Ramón -lo llamó.

Ramón le hizo un gesto con la mand,

El mayordomo, comprendiendo la situación, se retiró discretamente. Nadia nunca tuvo una buena impresión de ese nieto. Cada vez que se enfrentaba a él, simplemente actuaba para impresionar a los demás, después de todo, no era su propio njeto. Ella lo miró con impaciencia

y estaba a punto de mandarlo a jugar a un lado cuando su mirada de repente se detuvo.

Ella miró fijamente al chico junto a Ramón, un joven bien parecido y muy refinado. Con solo una mirada desde lejos, quedó asombrada en su lugar.

¿Cómo era que ese niño se parecía tanto a cómo se veía verdaderamente su hijo, Julio, cuando era niño?

Recuperándose, con rapidez llamó a un sirviente: -Ve y tráeme a Ramón y al niño que está con él.

-Si.

Nadia dejó las flores que aún sostenía en una mano sin poner en el jarrón.

Oscar no llevaba máscara, y nunca se imaginó que la primera persona a la que vería sería a su propia abuela biológica. La misma persona que solía intimidar a su madre.

El sirviente les indicó que fueran hacia ella.

Ramón la presentó a Oscar: -Esta es la mamá de mi tío, mi abuela.

-Hmm.

Cuando los dos niños se acercaron, de inmediato la mirada de Nadia no se apartó de Oscar. Era simplemente demasiado parecido, como si estuviera tallado del mismo molde que Julio cuando era pequeño.

Oscar, siendo perceptivo, notó su profunda mirada. Se preguntó si lo habría reconocido.

-Abuela, jhola! -le saludó Ramón de manera obediente.Exclusive content © by Nô(v)el/Dr/ama.Org.

-Hmm.

Nadia afirmó lis

con indiferencia.

Oscar siguió su ejemplo con cortesía.

-Hola, abuela Valdés.

Un simple <<abuela Valdés» con una voz juvenil y tierna, fundió all instante el frío corazón de Nadia.

Nadia se inclinó hacia adelante, todas las miradas se posaron en Oscar. No solo se parecía a Julio, sino que también irradiaba una extraña sensación de familiaridad.

-Niño, ¿cómo te llamas? ¿Dónde vives? ¿Cuántos años tienes ahora?

Su voz era notablemente suave y

amable. En comparación con sum actitud, fría y hostil hacia Ramón momentos antes, era como la noche y el día.

La actitud amable y afectuosa de

Nadia desconcertó un poco a Oscar. Según sus investigaciónescesa m abuela suya era conocida en el

ef

pasado como una mujer dura, fría e implacable. ¿Cómo era posible que se presentara tan diferente?

-Me llamo Oscar Orellana, vivo en el barrio Hiedra y estoy a punto dem estoy cumplinquatro años-respondió

Oscar, con amabilidad The content is

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proporcionando una dirección aproximada para no complicar las cosas para su madre.

-Oscar Orellana...

Nadia lo miró con c

¿Tu papá se apellida Orellana?

y le preguntó con cierta incomodidad: -

Oscar, temiendo revelar su verdadera identidad, lo afirmó.

Nadia mostró una clara expresión de decepción, pero aún no se dio por vencida: -Entonces, ¿quién es tu mamá?

En los ojos claros y profundos de Oscar se reflejó un leve destello de extrañeza.

Realmente había notado algo.


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