!Canalla ¿Satisfecho con mi muerte?

Capítulo 66



Capitulo 66

“Saliste, ¿verdad?‘ Et miraba directo a mis ojos.

Me senti un poco culpable. “Chm..

“Nayra, olvidalo, ese tipo no vale la pena,” dijo Kent de manera enigmática.

Miré a Kent con el corazón acelerado, a quién se refería con “él“?

En mis recuerdos, la verdadera Ainara si tenia un exnovio, un patán aún peor que Renán. ¿Kent hablaba de el?

Sin explicar nada, bajé la cabeza y me alejć.

Los ojos de Kent siempre eran tan profundos que parecia que con su mirada pudiera matar, no me atrevia a mirarlo más.

“Señora, estas son las prendas y joyas que el señor nos pidió entregarle. Dijo que, ahora que usted es parte de la familia Linares, debe lucir más distinguida que cualquiera.” la empleada habló mientras entraba con un vestuario de alta costura y joyeria, luciendo una cara de envidia.

Viendo esas ropas y joyas, ciertamente eran vallosas; un solo collar de gemas valia millones.

Me levanté y me paré frente al espejo, arreglándome de manera casual.

“Hoy vienen puros personajes Importantes. Hace poco vi al presidente del Grupo Hierro con su prometida, hacen una pareja perfecta,” me recordó la empleada. This belongs to NôvelDrama.Org.

Frunci el ceño al escucharla. “¿Renán y Yuria?”

Ella asintió con la cabeza.

Vaya… el mundo es un pañuelo, y eso que no tengo la culpa de que Yuria tenga tan mala suerte de toparse

con esto.

Sabia que a Felipe le importaba mucho la imagen, asi que me arreglé bien, me maquillé y me puse un de tubo.

Ese vestido tenia un escote muy bajo, que resaltaba aún más la figura perfecta de Ainara.

Mirándome al espejo, no exageraba al decir que parecia una musa latina.

No podia negarlo, Ainara era hermosa, de esas que destacan en el mundo del espectáculo.

“Qué hermosura…” hasta la empleada no pudo evitar elogiar.

vestido

Sin embargo, yo me sentia incómoda con ese escote tan bajo. El tal Federico realmente era un sinvergüenza. Y es que los hombres, incluso sentados en una silla de ruedas, no son de fiar.

“Bravo, bravo, bravo.” Federico, desde la puerta en su silla de ruedas, aplaudió. “Tengo que admirar el gusto de Felipe, siempre elige lo mejor. Eres, la belleza personificada.”

Sus halagos me revolvian el estómago.

Lo miré con cautela y sonrel con ironia. “Gracias por el cumplido, tio.”

Puse en claro nuestra relación; deberia entender.

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Capitulo 66

Pero evidentemente, él tenia otras intenciones.

Federico le echó una mirada a la empleada. “Salga, necesito hablar a solas con ella.”

La empleada dudó un momento, pero sin decir más, salió y con consideración cerró la puerta tras de si. Miré a Federico con recelo y frunci el ceño. “Algo que quieras decir, tio?”

“Ainara, eres una chica lista, deberias saber quién mandará en la familia Linares en el futuro, dijo Federico levantándose de la silla de ruedas y acercándose a mi.

Lo miré sorprendida, ¿no era un inválido? ¿Podia caminar? ¿Entonces para qué tanto teatro con la silla de ruedas? ¿Por qué no vivir directamente en un ataúd?

“Tio, ¿qué significa esto? No lo entiendo“, di un paso atrás.

“Estás sacrificándote al estar con un loco… Si yo pudiera…” Federico apretó los dientes con una mirada feroz, como si odiara algo profundamente.

La infertilidad de Federico de la familia Linares era la comidilla de todo Monte Azur.

También habia oido a Renán y su grupo burlarse de Federico, diciendo que con todo el prestigio de la familia Linares, habia tenido la mala suerte de tener un inútil como hijo, que habia malgastado su juventud y que moriria en manos de una mujer tarde o temprano.

“Ainara, una vez nazca ese niño, ese loco no valdrá nada. El viejo no tiene otro heredero, solo me queda a mi… Si te portas bien y te vienes conmigo, entonces podrás tener una vida de verdad; ¿entiendes?” Federico ya no se escondia, lo decia sin tapujos.

Extendió su mano con malas intenciones hacia mi vestido.

Intenté esquivarlo, pero me empujó contra la mesa de maquillaje.


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