Capítulo 25
Capítulo 25
Capítulo 25
Kathleen apretó los dientes,
– Samuel, has ido demasiado lejos!
-Entonces dime la verdad.
El rostro del hombre estaba oscuro. No queria utilizar ese metodo para forzarla. Sin embargo, el temperamento de Kathleen había empeorado en los últimos dias, y ya no era tan gentil como antes. En otras palabras seguia siendo una conejita tierna y simpática que sólo se mostraba poco amistosa con él.
– Una nina se porto mal. Me mordió cuando intentaba ayudar, fue un accidente -explicó a grandes rasgos.
–¿Un accidente? -Samuel le agarró la mano y le arrancó la gran tirita de la herida. La marca de la mordida era profunda
-Ya no puedes ir alli -ordeno. Estaba muy disgustado mientras miraba su hermosa y tierna mano.
-Seguire yendo – Kathleen apartó la mano-. Esos niños y todos los demás necesitan ayuda. Fue sólo un accidente.
-¿Sabes lo peligrosos que son esos niños? Esta vez te han herido en la mano. Quién sabe si la próxima será peor -regano con severidad.
Kathleen frunció los labios:
-Esos niños no son peligrosos. Mientras no se les provoque, se portan muy bien. Además, ¿crees que sus padres querian que se volvieran asi?
Samuel frunció el ceño:
-¿Qué clase de actitud es esta? ¡Hago esto por tu propio bien!
Kathleen estaba agitada. Tenia miedo de que sus emociones negativas afectaran a su bebé. La inseguridad, y el miedo que sentia eran por su hijo.
Sin embargo, no podia hablar de ello con nadie. No habia nadie a quien pudiera pedir consejo.
Sabla que podia tener una depresión prenatal. Sin embargo, a pesar de ese conocimiento, no podia hacer nada
Eien. Har lo que quieras. -Samuel se enladó y se fue.
Las lagrimas de Kathleen rodaron por su mejilla. «Desde cuando me he convertido en una llorona tan débil? Quiero soportarlo, pero no puedo masw, se lamento
Samuel no dudo mientras se alejaba. Sintió que habia perdido la cabeza. Penso que era una buena idea ir a Casa antes para acompanarla ya que había estado de mal humor los últimos dias. Sin embargo, no esperaba entrar en una discusión con ella
«No debería haber sido amable, penso
Kathleen se secó las lágrimas y volvió a la mansión como si nada hubiera pasado. Durante la hora de la cena no fue al comedor. No tenia apetito. This text is property of Nô/velD/rama.Org.
Con el libro de ilustraciones que le habían regalado, se acomodó en el sofá.
Federick era muy bucno escribiendo historias…
En su cuento, Madeline era una niña dulce y sensible que no podia hablar, Irrumpió en el territorio de la bruja para pedirle medicinas para salvar a su padre.
La Madeline de la historia era valiente y fuerte. Al final, consiguió ganarse a la bruja y ésta le dio la medicina. Ese fue el final de la historia.
No habia descripciones de cómo Madeline volvió a casa o cómo salvó a su padre. De seguro, fue en la secuela
Sin embargo, a Kathleen le encanto esta historia. En el cuento, Madeline utilizaba las hojas de los árboles como barco y se hacia amiga de las luciérnagas. Tanto el texto como las ilustraciones eran calidos y terapéuticos.
Tras una rápida búsqueda en Internet, descubrió que «Las aventuras de Madeline>> era un éxito de ventas y que todo el mundo esperaba la continuación. Ella también sintió que su corazón habia sanado.
Llamó a Federick.
– Frederick, soy yo -dijo con voz era suave.
– Kathleen, ¿pasa algo? – él acababa de salir de la habitación de Madeline después de que ésta se durmiera.
– He terminado de leer el libro. – Kathleen fruncio los labios-: Frederick, ¿deberia intentar ser una ilustradora?
– ¿Te interesa? – Federick se sorprendió un poco.
-Si – Kathleen asintió-. Creo que tu historia es genial y terapéutica. Quiero intentarlo.
De acuerdo. -Federick sonrió-. Puedes dibujar algunos borradores primero, y yo les echaré un vistazo.
-De acuerdo -respondió. Estaba extasiada. Ya habia aprendido a dibujar ilustraciones antes, asi que no habia problemas para ella en términos de habilidad.
Sin embargo, ser capaz de dibujar algo que gustara a todo el mundo requeria cierto ingenio. Pero se mostró confiada.
-Puedes enviarme los dibujos cuando hayas terminado con ellos continuo Federick.
-De acuerdo
sonrió,. Voy a colgar ahora.
Frederick tarareó en senal de reconocimiento y colgo también.
Kathleen sostenia el libro ilustrado con los ojos llenos de expectación.
¡Toc! ¡Toc! Llamaron a la puerta,
Se acercó y abrio. Se sorprendió al ver a Christopher de pie.
-¿Chris?
-Vine a entregaric algo a la tia Wynnie, asi que pensé en pasar a verte -anunció. Su mirada era profunda He oido que tú y Samuel han peleado.
Kathleen se mordio el labio.
-No te ofendas. Solo estaba preguntando. -A Christopher le preocupaba que ella se ofendiera por su pregunta
-No importa-respondió Kathleen sin rodeos.
La voz de Christopher bajo al ver su expresión oscura.
I SU
-Kathleen, puedo ayudarte si quieres divorciarte de él.
Kathleen se sorprendió:
-¿Puedes ayudarme?
-No olvides que soy abogado. Puedo ayudarte a presentar una demanda de divorcio.
-¡No! -Kathleen se quedó sorprendida-. Tú y Samuel son primos. ¿Cómo pueden llevar este asunto a los tribunales por mi culpa? A la tia Emily le caigo bien, y Wynnie me trata bien. No puedo hacer eso.
Christopher frunció el ceño:
-No eres feliz.
En pocos dias, parecia mucho más pálida y demacrada.
Kathleen se sobresalto. Ella era bastante infeliz…
«Se dio cuenta de que no soy feliz? Si Christopher pudo darse cuenta, ¿no significa que la vieja Sra. Macari y Wynnie también? Soy tan estúpida», se regano. No habia forma de encubrirlo. No tuvo más remedio que exponerse
-La infelicidad es sólo temporal -dijo en voz baja-. Chris, no te metas en mis asuntos y en los de Samuel. De lo contrario, estaré en una posición incómoda.
Christopher era una buena persona, y no quería ponerle las cosas difíciles.
A el le dolia el corazón. Insistio:
-Kathleen algunas cosas son imposibles de llevar solas.
-Chris, todo el mundo tiene que aprender a crecer. No hay nada que no pueda soportar-la mirada de Kathleen era profunda, y a Christopher le dolió aún más el corazón.
«Samuel no es digno de su amor! El no la merece!», se molestó.
Les tarde. Chris. Quiero descansar ahora-Kathleen bajo la mirada, dejando ver sus gruesas pestañas.
Fue entonces cuando el recordó su situación y la de Kathleen. Estaba preocupado por ella, asi que subió a verla y a preguntarle como estaba. Sin embargo, con su recordatorio, no era apropiado que tuvieran esa conversación alli.
-Duerme temprano. Buenas noches. -Christopher se dio la vuelta y se fue.
Queria ayudarla a salir de esa jaula y llevarla lejos. Queria dejarla experimentar la felicidad que debe tener una chica de veintidos años. Sin embargo, con sus capacidades actuales, no había nada que pudiera hacer. Solo podia esperar a que se divorciara. Sólo entonces podria cuidarla, atenderla, y tratarla como su esposa.
Cuando Christopher se fue, Kathleen también se retiró a la habitación. Se sentó en la cama y se mordió el labio con dureza.
«No puedo molestarlo más»; penso. Era tarde, asi que decidió asearse e irse a la cama.
Cuando se acosto, sono su teléfono. Un desconocido la habia agregado en WhatsApp.
«¿Quién puede ser?» Reflexionó un rato y dedujo que se trataba de uno de los padres de la casa de caridad. Por lo tanto, lo aceptó.